Había
una vez un príncipe árabe de la ciudad de Kinda llamado Walid el
era un hombre noble, generoso, buena persona y apuesto.El quería
presentarse al certamen de poesía que se celebra todos los años en
Ukaz pero el padre se niega a que él vaya, entonces preparó un
certamen de poesía en Kinda y le dijo que si ganaba Walid iría a el
certamen de poesía de Ukaz. El premio de su certamen era una bolsa
de oro, entonces se presentaron personas de distintas ciudades árabe
como Siria, Persia y Palmira. Todos recitaron sus poemas pero había
uno en concreto que emocionó a todo el público aquel muchacho era
Hammad ibn al-Haddad un tejedor de alfombras su poema tenía algo
especial él decía que hablaba desde el corazón, llegó la hora de
decir el ganador del certamen y el príncipe Walid se llevó una gran
sorpresa, ganó Hammad ibn al-Haddad, entonces el príncipe se quedó
muy triste y decidió que al año siguiente quería proponer hacer
otro certamen de poesía al año siguiente volvió a ganar Hammad
ibn al-Haddad y Walid pensó que al año siguiente lo volvería a
intentar para poder ganar y pueso otro premio: la bolsa de oro y ser
el historiador de Kinda. De nuevo de presentaron los mismos
concursantes y de nuevo volvió a ganar el mismo Hammad ibn
al-Haddad, entonces Hammad ibn al-Haddad y su familia se fueron a
vivir al palacio del príncipe de Kinda pero el no quería ser
historiador aunque lo tenía que hacer estuve tres años ordenando
papeles por orden cronológico y cuando lo terminó el príncipe no
se lo podía creer entonces le dijo que si quería irse del antes le
tenía que tejer una alfombra con toda la historia de Kinda, Walid
pensó que aquello era casi imposible y tardaría una eternidad, pero
el empezó le pedía telas de todos los colores, tintes...
Walid
iba a visitarlo de vez en cuando para ver como iba la alfombra y se
quedó asombrado llevaba mucho tiempo sin comer sin beber y casi no
dormía, Walid observó que llevaba la alfombra muy avanzada pero
Walid empezó a creer que Hammad ibn al-Haddad se estaba volviendo
loco un día se lo encontró a oscuras y el le trajo una lámpara
pero se dio cuenta de que se había quedado ciego, el príncipe fue
otro día y se lo encontró tirando en el suelo y notó que estaba
muerto, pero también había acabado la la alfombra aquella alfombra
era algo maravilloso. Guardó la alfombra y guardó la llave y le
robaron la alfombra y se fue a buscar a los ladrones.
Se hizo
amigo del hijo pequeño de Hammad que se llamaba Amir y le contó
todo lo que había sucedido y Amir estuvo a punto de matarlo pero le
dijo que como lo volviese a ver si que lo mataría.
Cuando
se marchó se encontró al hijo mediano llamado Hasan y también le
contó la historia y de nuevo se marchó pero acompañado de una
bella mujer llamada Zahra que le preguntó la historia y más tarde
se encontró con el hijo mayor de Hammad Raschid y de nuevo le contó
la historia.
Walid
pensó que cuando encontara la alfombra dársela a sus hijos, cuando
la encontró se la dio a los hijos y ellos la dividieron en cuatro
trozos.
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