viernes, 5 de abril de 2013

Día del Padre

En un pueblo de Segovia vivía una niña llamada Silvia. Ella vivía con sus padres y su hermano. Sacaba muy buenas notas y tenía mucha imaginación. Se acercaba el día del padre, y en el colegio la profesora les dijo que fueran preparando un regalo. Ella durante la noche estuvo pensando y pensando que regalarle pero no se la ocurría nada. Silvia quería lo mejor para su padre ya que era la persona más especial de su vida. Al día siguiente la profesora les pregunto que habían preparado, todos dijeron sus ideas menos Silvia que se quedó callada. La profesora se extrañó y al terminar la clase fue a hablar con ella. Le pregunto qué le había pasado, y que había sido de su imaginación, y le propuso unas cuantas ideas para que se las regalase. Pero ninguna le gustaba ya que ella quería un regalo muy grande. Cansada de pensar Silvia se decidió por hacerle un dibujo, cuando le termino, le rompió porque pensaba que a su padre no le iba a gustar. Se lo conto a su madre y ella le dijo que podría hacerle un álbum de fotos de su infancia, de su juventud… Silvia no estaba muy convencida pero como no le quedaba otra idea, al día siguiente se marchó a casa de su abuela a buscar fotos. Saco fotos desde que su padre tenía un año hasta las fotos más recientes de este año. Se acercaba el día del padre y quedaban pocas horas y ella seguía triste porque su regalo no era demasiado especial. Al día siguiente al ver a su padre le dió el regalo pero ella se echó a llorar. Él le pregunto qué le pasaba que el regalo le había gustado mucho ella le contesto que él se merecía mucho más que un simple álbum de fotos. Su padre al oír eso, le dijo: “No llores más, el álbum me ha gustado mucho, y además no hacía falta ningún regalo, sabes que si tu estas a mi lado yo ya soy feliz”. Silvia al oírle esa frase tan bonita le dio un abrazo y le dijo: “Papa gracias por todos esos momentos a tu lado, feliz día del padre”.

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